A UN TRISTE
¡Soñar! ¡Siempre soñar! Tal es la vida;
¿y qué mejor para pasar las horas,
las horas de sufrir, aterradoras,
y el recuerdo fatal que no se olvida?
¡Soñar! ¡Siempre soñar! Alma afligida
que tantos duelos y pesares lloras:
¡sin esas horas gratas, voladoras,
cuán cruel tu existencia dolorida!
¡Soñar! ¿Y qué es soñar? Soñar es todo:
es vivir más allá, dejar el lodo
de la tierra y volar hacia la altura.
¡Cruzar el mundo de miserias lleno!,
¡y acercarse a ese Dios, tan noble y bueno,
que trueca en bienestar la desventura!
Eduardo de Ory

No hay comentarios:
Publicar un comentario